04 mayo 2022

Hablemos con propiedad (segunda parte)

 

1. Láser, wifi, ADN… Cuidado al escribir siglas y acrónimos

Se llama sigla tanto a la palabra formada por las iniciales de los términos que integran una denominación compleja, como a cada una de esas letras iniciales. Son siglas OTAN (organización del tratado del Atlántico Norte), USB (universal serial bus), ARN (ácido ribonucleico), PVC (polivinyl chloride), led (light emisión diode), láser (light amplification by stimulated emisión of radiation).  

Las siglas que se pronuncian como una palabra (OTAN, láser, led) reciben el nombre de acrónimos

También son acrónimos los términos formados no por iniciales sino   por unión de elementos de dos o más palabras: teleñeco (de televisión y muñeco, transistor (de transfer y resistor), wifi (de wireless fidelity®)  y radar (de radio detecting and ranging).

Empleamos habitualmente multitud de siglas y acrónimos en el lenguaje común, en este caso en castellano, pero muchos más en el lenguaje científico y técnico de cada especialidad;  por esta razón es importante seguir un criterio común, tanto al escribirlos como al pronunciarlos, que evite dispersión y confusiones. Aunque esto bien pudiera ser un tema para debate, es la RAE quien asume esta responsabilidad y somos los hispanohablantes los emplazados a seguir sus normas.

El DPD de la RAE (Diccionario Panhispánico de Dudas  de la Real Academia Española, he aquí una sigla y un acrónimo) sienta un criterio general sobre cómo se forman y como deben escribirse: https://www.rae.es/dpd/sigla, https://www.rae.es/dpd/acr%C3%B3nimo 

Se resumen a continuación las principales conclusiones para el uso correcto de estos términos.

Cómo escribirlas. Las siglas, sin puntos y en mayúsculas. Si el acrónimo ha cuajado lo suficiente en el lenguaje común se pondrá con minúsculas (sida, wifi, láser, led). Si provinieran del inglés u otro idioma, con sus letras y orden originales (USB, PVC, sida), salvo que la sigla se haya convenido formarla también en castellano (ADN en vez de DNA, sida en vez de AIDS). Si refieren a organismos, siempre con mayúsculas (ONU, CERN)

Cómo leerlas. Si es pronunciable en castellano, como si fuera una palabra; si no, deletreándola. (COVID = covid, PET = pet, DVD = de-uve-de, CFC= ce-efe-ce)

¿Qué género?. Para las siglas, el que corresponda a la palabra núcleo del conjunto: El ADN (el ácido desoxirribonucleico), el PVC (el policloruro de vinilo), la PCR (la reacción en cadena de polimerasa). Para acrónimos  por unión de palabras,  el género del  sustantivo que lo suele complementar (el  láser (el rayo), el radar (el sistema), la wifi (la red)).

El plural. Si el acrónimo ya se ha incorporado al léxico común, se aplican las reglas habituales de formación de plural añadiendo –s ó –es (ovnis, radares, ledes, wifis). Si son siglas en mayúsculas, no se debe añadir –s ni ‘s final, como suele hacerse en inglés. En este caso el plural se aplica en los determinantes (los CFC, las PCR, algunos USB)  

 

2. Números, cifras y guarismos

Estos conceptos suelen confundirse a menudo. Empecemos por consultar el diccionario:

  • Número: 1.- Expresión de una cantidad con relación a su unidad. // 2.- Signo o conjunto de signos con que se representa el número. 
  • Numeral: 3.- Cuantificador que expresa un número. 

  • Cifra: 1.- Número dígito (que puede expresarse con un solo guarismo) // 2.- Signo con que se representa un número dígito.

  • Guarismo: 2.-Cada uno de los signos o cifras arábigas que expresan una cantidad // 3.- Expresión de cantidad compuesta de dos o más cifras.

Hilando fino entre las definiciones del diccionario y el uso más específico que se hace de estos términos en las disciplinas que los utilizan,  El número es un ente matemático mientras que el numeral es la representación escrita de ese número con cifras o guarismos. De entrada parece que cifra y guarismo podrían pasar por sinónimos, pero una cifra sólo se debe llamar guarismo si es arábiga (1,3,0,...), aunque también se puede llamar guarismo a un numeral formado por varios guarismos arábigos (130)

Un ejemplo: El número de años transcurridos entre el nacimiento de Jesucristo y la llegada de Colón a América se puede representar por distintos numerales, que valen lo mismo pero que utilizan diferentes tipos y cantidad de cifras. Veamos cuatro de ellos:

1492          ١٤٩٢       10111010100          MCDXCII

  • Los dos primeros son los más comunes. Están escritos en sistema decimal (sistema posicional de diez cifras, correspondientes a los números enteros del cero al nueve). Están formados por cuatro de estas cifras o guarismos, del mismo valor en ambos casos pero escritos con diferente símbolo. Los guarismos son arábigos o indoarábigos en los dos, pero en el segundo están escritos en la grafía del árabe oriental.

  • El tercero está escrito en el sistema binario (posicional de dos 2 cifras, correspondientes a los números enteros cero y uno). Aquí se necesitan once cifras o guarismos de entre los dos que utiliza este sistema.  

  • El último está escrito en “números romanos” , que es un sistema no posicional que utiliza 7 cifras que en este caso se simbolizan con  letras del alfabeto latino, correspondientes a los números enteros:  uno, cinco, diez, cincuenta, cien, quinientos y mil. El numeral así escrito requiere de siete de estas cifras, letras en este caso, pero no guarismos.

Es inevitable percibir cierta confusión y ambigüedad en estos términos. En todo caso, debe quedar clara la diferencia entre número (concepto matemático que se refiere a una cantidad) y cifras y guarismos (símbolos adoptados para representar esa cantidad)

 

Evolución de los guarismos indo-arábigos, todavía empleados en la escritura árabe, a los arábigos occidentales


3. Billones y miles de millones

Cuántas veces nos habrán confundido al no reparar en la diferencia que hay entre los billones que usan en algunos países, entre ellos los de habla inglesa y los billones que contamos aquí. No son lo mismo, un billón de allá son sólo mil millones de aquí y no un millón de millones.

Esta discrepancia radica en la escala de numeración empleada en cada lengua o país, que puede ser corta o larga.

Número

Nombre escala larga

Nombre escala corta

1.000.000

Un millón

Un millón

1.000.000.000

Mil millones

Un billón

1.000.000.000.000

Un billón

Un trillón

1.000.000.000.000.000

Mil billones

Un cuatrillón

1.000.000.000.000.000.000

Un trillón

Un quintillón

 

En español se usa la escala larga. El salto de millón a billón, trillón, etc. se hace  cada 1.000.000 unidades, es decir, de millón en millón. Sin embargo, los países de habla inglesa utilizan la escala corta. Hasta acercarse al  límite de los mil millones coincide con la escala anterior, pero el salto a billón, trillón, etc. se hace cada 1.000 unidades.

La escala larga es la más utilizada en la Europa continental así como en Sudamérica y Centroamérica, excepto Puerto Rico y Brasil. La escala corta es utilizada en la mayoría de los países de habla inglesa y árabe. En África hay algunos países que utilizan una y  otros la otra. Japón, China, India y otros países del sudeste asiático usan una nomenclatura diferente a las dos anteriores.

Así que habrá que tomarse con muchas reservas el dato cuando nos hablen de billones o trillones según de qué país proceda el texto o la noticia y cómo lo hayan querido traducir.

Mientras al contar en lengua española, un billón siga equivaliendo a mil millones, la traducción al español del término “billions” tiene que ser miles de millones, y no billones. Cualquier otra suposición no explícita no haría más que confundirnos.  Algunos traductores y periodistas deberían tener más cuidado con esto.

Mucho cuidado.  One billion dollars  es ¡mil veces menos! que un billón de dolares


4. ¿Centro o epicentro?

A estas alturas ya parece una batalla perdida. Prácticamente todos los medios de comunicación y la misma calle hablan de “el epicentro” de un suceso, como puede ser una epidemia, un huracán, una catástrofe ecológica,  cuando en realidad  sería más propio hablar de el centro, el origen o el foco del suceso. Posiblemente esta degeneración del lenguaje venga de comparar el suceso en cuestión con un terremoto, de forma un tanto sensacionalista.

Según el diccionario, el epicentro (Del lat. cient. epicentrum, y este del gr. ἐπίκεντρος epíkentros 'situado sobre el centro')  es el centro superficial del área de perturbación de un fenómeno sísmico, que cae sobre el hipocentro. O sea, que el origen del terremoto está bajo tierra y se manifiesta sobre la superficie expandiéndose desde el epicentro hacia el exterior. En cualquier otro suceso que tenga lugar sobre la superficie de la Tierra, como cualquiera de los que se han citado antes, carece de sentido anteponer los prefijos – hipo o –epi  (bajo o sobre) a lo que es el centro del suceso.

Si Europa es el epicentro, ¿será que habrá que buscar bajo tierra a los no vacunados? A lo mejor eran mineros.



5. Área y superficie

Es frecuente hacer pasar estos dos términos por sinónimos, pero no son lo mismo.

Una superficie es un ente matemático de dos dimensiones. las superficies pueden ser de muchos tipos como, por ejemplo, la superficie exterior de una canica, que es esférica, cerrada, convexa  y poco extensa; o la superficie de un lago, que es plana, más extensa y con un borde que define su perímetro. En toda superficie pueden definirse propiedades medibles como las que se citan en estos ejemplos.

El área es un concepto métrico que mide lo extensa que es una superficie. Tiene dimensiones de longitud al cuadrado (L2), por lo que se puede expresar en unidades como m2, cm2, in2 u otras no tan evidentes pero que tienen su equivalencia en L2, como hectáreas (1ha = 10 000 m2) o acres (1 acre = 4 840 yd2)

En toda superficie se pueden definir o medir diferentes cualidades. El área, que mide su extensión, es una, pero hay otras como su curvatura, su convexidad o  su perímetro.

Podemos entendernos si decimos que la superficie de un terreno es de 1,23 hectáreas o que la superficie exterior de un cilindro es de 235 cm2, pero en rigor nos estamos refiriendo al área de su superficie.